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Grecia

miércoles, 8 de agosto de 2012

La Sociedad Romana


La población del imperio romano se dividía en dos grandes grupos: los ciudadanos y los no ciudadanos.
  • Los ciudadanos podían participar en política, ser sacerdotes e iniciar causas penales, así como ser propietarios y casarse. Dentro de los ciudadanos había grandes diferencias según la riqueza.
  • Los no ciudadanos carecían de los derechos antes mencionados. Podían ser libres o esclavos. Los esclavos pertenecían en propiedad a otra persona y solían ser prisioneros de guerra, ciudadanos condenados por la justicia con la pérdida de su libertad o hijos de otros esclavos. Todos los esclavos podían recuperar la libertad si el amo así lo decidía. Entonces pasaban a ser libertos.


Al principio, el derecho de ciudadanía pertenecía en exclusiva a los varones libres nacidos en la ciudad de Roma. Paulatinamente, este derecho se fue extendiendo: primero, a todos los hombres libres de la península Itálica; después, a algunas provincias y ciudades que habían sido buenas aliadas de los romanos. En el siglo III d.C., el emperador Caracalla extendió el derecho de ciudadanía a todos los varones libres del imperio.
Las Mujeres
Las mujeres, independientemente de su riqueza o de su lugar de origen, nunca fueron consideradas ciudadanas, por lo que carecían de la mayoría de los derechos: por ejemplo, no podían participar en la vida política ni ingresar en el ejército. Eran tuteladas por un varón: primero su padre, y, si este fallecía, su hermano u otro pariente; cuando se casaban, pasaban a la tutela de su marido. Se pensaba que el papel fundamental de las mujeres era la crianza de los hijos, pero la potestad legal sobre ellos era solo del padre. A pesar de estas limitaciones, las mujeres podían tener propiedades, regentar negocios y participar en las fiestas, espectáculos, etc.
La Sociedad Romana
Los romanos eran una civilización eminentemente urbana, donde se daba gran prioridad a la vida política, guerrera y a las relaciones sociales, que se hacían tanto en las casas de los individuos, como en lugares públicos como el Coliseo, donde se realizaban combates con gladiadores y luchas contra animales salvajes; o los Baños públicos, que tenían capacidad para unas 3.000 personas y contaban con piscinas, baños a vapor, gimnasios y bibliotecas.
La sociedad de la antigua Roma era estratificada existiendo una gran diferencia entre los patricios, que formaban el grupo alto de la sociedad, poseían las riquezas y gran parte de las tierras, a la vez que participaban en política; y los ple-bellos, quienes inicialmente no fueron considerados ciudadanos romanos y por lo tanto, no gozaron de derechos civiles; aunque sí tenían varios deberes y prohibiciones. Un grupo aparte eran los esclavos, quienes no poseían derechos, sino solamente obligaciones que les imponían sus dueños.
La Vivienda
Como en todas las grandes civilizaciones no existe en Roma un tipo de vivienda uniforme y aunque la vida política y cultural romana estaba centrada en las ciudades, la mayoría de los habitantes del imperio vivía en un medio rural, en casas precarias, sencillas y pequeñas.
Sin embargo, los sectores acaudalados podían gozar de casas amplias, sólidas (de adobe o piedra) y cómodas, que eran verdaderos palacios, donde se daba una gran importancia a la decoración de las habitaciones utilizando materiales como el mármol, el alabastro y realizando pinturas y mosaicos. Para evitar la oscuridad de las noches, las viviendas eran alumbradas con lámparas de aceite, llamadas candiles, de barro o de bronce.
Debido al sentido religioso de los romanos, todas las casas poseían un lugar sagrado en que les rendían culto todos los días a los muertos, dedicándoles ofrendas y solicitándoles su protección y ayuda.

La Alimentación
La base de la dieta alimenticia de los romanos eran productos cultivados en el imperio y territorios dominados, como los cereales, especialmente una antigua variedad de trigo llamada escanda, con la que se fabricaba pan y otros alimentos. También consumían legumbres, especialmente lentejas, judías, aceitunas, uvas, que hacían fermentar para hacer vino, altamente apetecido por los romanos.
La actividad ganadera les proporcionó carne de cabra, vaca, cerdo, leche y queso para su alimentación; mientras que la caza de aves y la pesca les entregaba otras alternativas de comidas.
En general los romanos se preocuparon tanto de la comida por su condición de alimento, como del sabor y ornamentación de los platos, aderezados con salsas y adornados con hierbas.

Creaciones artísticas
El desarrollo del arte romano estuvo fuertemente influido por las formas culturales griegas, especialmente desde el siglo III a.C., cuando los romanos conquistaron la Magna Grecia. Así, el mundo romano fue un fiel continuador de las formas artísticas griegas en la pintura y escultura, pero supo incorporar valiosas innovaciones en la arquitectura.
Los arquitectos romanos crearon un nuevo estilo con el desarrollo de las construcciones abobedadas, en las que destacan el arco, las bóbedas y el mortero.
Entre las principales obras arquitectónicas romanas sobresalen templos, basílicas, foros, termas (Termas de Caracalla), circos, anfiteatros (como el coliseo), arcos de triunfo (Arco de Constantino), acueductos y puentes.


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